sábado, 28 de noviembre de 2009

Comida saludable

La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de sus funciones vitales. La nutrición también es la ciencia que estudia la relación que existe entre los alimentos y la salud, especialmente en la determinación de una dieta.

Existen seis clases principales de nutrientes que el cuerpo necesita: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua. Es importante consumir diariamente sus seis nutrientes para construir y mantener una función corporal saludable.
Una salud pobre puede ser causada por un desbalance de nutrientes ya sea por exceso o deficiencia. Además la mayoría de los nutrientes están involucrados en la señalización de células (como parte de bloques constituyentes, de hormonas o de la cascada de señalización hormonal), deficiencia o exceso de varios nutrientes afectan indirectamente la función hormonal. Así, como ellos regulan en gran parte, la expresión de genes, las hormonas representan un nexo entre la nutrición y, nuestros genes son expresados, en nuestro fenotipo. La fuerza y naturaleza de este nexo están continuamente bajo investigación, sin embargo, observaciones recientes han demostrado el rol crucial de la nutrición en la actividad y función hormonal y por lo tanto en la salud
.De todos es sabido el dicho que una persona es lo que come. Existen múltiples enfermedades relacionadas o provocadas por una deficiente nutrición, ya sea en cantidad, por exceso o defecto, o por mala calidad:
Anemia
Aterosclerosis.
Algunos cánceres.
Diabetes Mellitus.
Obesidad.
Hipertensión arterial.

Desnutrición: que provoca el síndrome de kwashiorkor.
Bulimia nerviosa.
Anorexia nerviosa.
Vigorexia
Pirámide nutricional
Para establecer un parámetro, en lo que concierne nuestra dieta alimenticia, existe una forma de representar de manera gráfica, los principales y más importantes alimentos que deben ingerirse. Comúnmente se hace a través de una pirámide, llamada pirámide nutricional, aunque también existen otros modelos como La Esfera Alimentaria y el Tren Alimentario utilizado en Colombia.
La base de la Pirámide, el área de mayor tamaño, representa los cereales o granos, sobre todo los granos integrales, que constituyen la base de nuestra dieta.
En medio de la pirámide encontraremos vegetales y frutas que nos ayudan a tener energía mas natural y sin efectos secundarios. Para asegurarse de obtener más de la mitad de nuestras calorías de carbohidratos complejos es preciso consumir las porciones sugeridas en este grupo. Los grupos disminuyen de tamaño a medida que avanzamos hacia el vértice de la pirámide, ya que la cantidad de alimentos representados en esos grupos, es menor que la que necesitamos para una buena salud. La punta o vértice de la pirámide representa el grupo más pequeño de alimentos, como grasas, aceites y azúcares, de los que hay que comer en menor cantidad.

Comida chatarra

La comida basura o comida chatarra contiene, por lo general, altos niveles de grasas, sal, condimentos o azúcares que estimulan el apetito y la sed, lo que tiene un gran interés comercial para los establecimientos que proporcionan ese tipo de comida y numerosos aditivos alimentarios, como el glutamato monosódico (potenciador del sabor) o la tartracina (colorante alimentario).
Este tipo de comida es muy popular por lo sencillo de su elaboración (sometida habitualmente a procesos industriales) y conservación (en muchos casos no necesita refrigeración y su fecha de caducidad suele ser larga), su precio relativamente barato, su amplia distribución comercial que la hace muy fácilmente accesible y la presión de la publicidad. También porque no suele requerir ningún tipo de preparación por parte del consumidor final o esta es escasa, es cómoda de ingerir y tiene una gran diversidad de sabores.

El concepto comida rápida es un estilo de alimentación donde el alimento se prepara y sirve para consumir rápidamente en establecimientos especializados (generalmente callejeros) o a pie de calle.
Ejemplos de establecimientos de comida rápida
McDonald's.
Burguer King.
Kentucky Fried Chicken.


Ejemplos de platos de comida rápida
Hot dog
Arepa
Currywurst
Cheeseburger
Batido
Bocadillos
Hamburguesa
Perrito caliente
Pollo frito
Patatas fritas
Pizzas
Tacos
Snacs
Tigre blanco
Estado de conservación en peligro de extinción
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Carnivora
Familia: Felidae
Género: Panthera
Especie: P. tigris
Subespecie: P. t. tigris
Son especímenes individuales del tigre ordinario (Panthera tigris) con una condición genética que casi elimina el pigmento en la piel normalmente naranja, aunque las rayas negras no se ven afectadas. Esto ocurre cuando un tigre hereda dos copias del gen recesivo para la coloración pálida: nariz rosa, ojos color azul hielo, y piel de color blanca a crema con rayas negras, grises o de color chocolate.
Sin embargo, la mayoría de los tigres blancos son actualmente criados en cautiverio, mediante endogamia, para asegurar la presencia del gen recesivo. Tal endogamia puede ocasionalmente conducir a defectos de nacimiento.

LISTA ROJA Ó LIBRO ROJO

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (también denominada en algunas ocasiones como el Libro Rojo), creada en 1963, es el inventario más completo del estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial. La lista es elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la principal autoridad mundial en este tópico. Muchos gobiernos y organizaciones crean sus propias listas rojas regionales basadas muy usualmente en la elaborada por la UICN, en el que clasifican a las especies de su región que se encuentran bajo amenaza. El objetivo es llevar al público la urgencia de los problemas de conservación, así como ayudar a la comunidad internacional a reducir la extinción. Es actualizada anualmente, realizándose un análisis en profundidad de las evaluaciones que contiene cada cuatro o cinco años.
Categorías

Gráfico que muestra a los taxones evaluados en las distintas categorías de la Lista Roja en su edición de 2008
La versión 3.1 de los criterios y categorías de la Lista Roja, utilizada actualmente, estructura a la publicación de la siguiente manera, desde menor a mayor riesgo:
-Preocupación menor (LC)

-Casi amenazada (NT)

-Vulnerable (VU)

-En peligro (EN)

-En peligro crítico (CR)

-Extinta en estado silvestre (EW)

-Extinta (EX)

La versión 2.3 de los criterios, establecida en 1994 y utilizada hasta la edición del año 2000, incorporaba además el criterio de "especie dependiente de conservación" (CD). Este criterio era, junto a LC y NT, subcategoría de "bajo riesgo" (LR). Las abreviaciones oficiales provienen del nombre original en idioma inglés. De manera nominativa, las categorías VU, EN y CR integran al grupo de "especie amenazada".
La lista incorpora también las categorías "no evaluado" (NE) para las especies que aún no han sido clasificadas y "datos insuficientes" (DD) para las especies que no poseen suficiente información para una clasificación rigurosa.
Los taxones que aún no han sido reevaluados de acuerdo a los criterios de la versión 3.1 pueden seguir clasificados bajo alguna categoría de la versión 2.3.
Birdlife International, como autoridad de la Lista Roja, también considera las categorías de posiblemente extinto (PE) y posiblemente extinto en la selva (PEW). Algunos expertos han sugerido que estas categorías sean incorporadas como oficiales.

ANIMALES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Una especie se considera en peligro de extinción, sea vegetal o animal, cuando se encuentra comprometida su existencia globalmente. Esto se puede deber tanto a la depredación directa sobre la especie como a la desaparición de un recurso del cual esta dependa, tanto por la acción del hombre, debido a cambios en el hábitat, producto de hechos fortuitos (como desastres naturales) o por cambios graduales del clima.
En el mundo se pierden cientos de miles de especies, muchas de ellas aún antes de ser descubiertas por la ciencia. De ese modo, no sólo se pierde la variabilidad biológica, sino además la diversidad genética, fuente de sustento para las generaciones futuras. Una especie en peligro de extinción es la que puede extinguirse en un futuro próximo. A través de la historia de la evolución, millones de especies han desaparecido debido a procesos naturales. En los últimos 300 años, sin embargo, los humanos han multiplicado la tasa de extinción por mil.
Según los conservacionistas, la depredación de la fauna ha crecido vertiginosamente y se estima actualmente que una especie desaparece cada 15 minutos. Para la naturaleza, lo peor que le puede suceder es la extinción de las especies, ya que con eso se pone en peligro el equilibrio necesario en todo ecosistema. En esta cadena natural, cada especie necesita de la otra para sobrevivir. La acelerada destrucción del hábitat es pretexto de un desarrollo sin parámetros de sustentabilidad, condena a la extinción a una biodiversidad en cuyas potencialidades se basa la vida del futuro. Y aunque esta actitud represente a simple vista una postura antropocéntrica, el hombre en su afán de búsqueda de nuevas alternativas no puede apartarse de esa visión, pues de lo contrario la misma existencia no tendría razón de ser. Introduciendo estos conceptos a la filosofía de la comunicación, consideramos de vital importancia contribuir a la protección de los recursos naturales, difundiendo las potencialidades de la riqueza faunística.

PROTOCOLO DE KYOTO

Los gobiernos acordaron en 1997 el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU (UNFCCC). El acuerdo ha entrado en vigor el pasado 16 de febrero de 2005, sólo después de que 55 naciones que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero lo han ratificado. En la actualidad 166 países, lo han ratificado alcanzando el como indica el barómetro de la UNFCCC.

El objetivo del Protocolo de Kioto es conseguir reducir un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el periodo 2008-2012. Este es el único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos. Para ello contiene objetivos legalmente obligatorios para que los países industrializados reducan las emisiones de los 6 gases de efecto invernadero de origen humano como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

Los compromisos contraídos en virtud del Protocolo varían de un país a otro. El objetivo global del 5% para los países desarrollados debe conseguirse mediante recortes (con respecto a los niveles de 1990) del 8% en la Unión Europea (UE [15]), Suiza y la mayor parte de los países de Europa central y oriental; 6% en el Canadá; 7% en los Estados Unidos (aunque posteriormente los Estados Unidos han retirado su apoyo al Protocolo), y el 6% en Hungría, Japón y Polonia. Nueva Zelandia, Rusia y Ucrania deben estabilizar sus emisiones, mientras que Noruega puede aumentarlas hasta un 1%, Australia un 8% (posteriormente retiró su apoyo al Protocolo) e Islandia un 10%. La UE ha establecido su propio acuerdo interno para alcanzar su objetivo del 8% distribuyendo diferentes porcentajes entre sus Estados Miembros. Estos objetivos oscilan entre recortes del 28% en Luxemburgo y del 21% en Dinamarca y Alemania a un aumento del 25% en Grecia y del 27% en Portugal.

CALENTAMIENTO GLOBAL

Se utilizan las denominaciones cambio climático, que designa a cualquier cambio en el clima, o cambio climático antropogénico, donde se considera la influencia de la actividad humana. Calentamiento global y efecto invernadero no son sinónimos. El efecto invernadero acrecentado por la contaminación puede ser, según algunas teorías, la causa del calentamiento global observado actualmente.

Registros de temperatura
El período sobre el que se discute la evolución de la temperatura varía, a menudo, indebidamente, según la tesis que se quiere defender. En ocasiones desde la Revolución Industrial, otras desde el comienzo de un registro histórico global de temperatura alrededor de 1860; o sobre el siglo XX, o los 50 años más recientes.
La década más calurosa del pasado siglo XX fue, con diferencia, la de los años 90. Los que niegan que haya calentamiento encuentran culpable que muchos gráficos empleados para mostrar el calentamiento empiecen en 1970, cuando comienza a subir de nuevo la temperatura después de 36 años de un ligero descenso. Señalan que durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se incrementó mucho la emisión de los gases de efecto invernadero, y afirman, falsamente, que en la época predominó entre los especialistas la alarma por un posible oscurecimiento global o enfriamiento global a finales del siglo XX.La interpretación actual, dentro del emergente consenso científico sobre el cambio climático, del enfriamiento relativo de mediados de siglo, lo atribuye al aumento en las emisiones de aerosoles claros, que amplifican el albedo, determinando un forzamiento negativo. Su reducción siguió a la sustitución de combustibles y tecnologías por otros que emiten menos de estos aerosoles, en parte por las medidas de lucha contra la contaminación urbana e industrial y la lluvia ácida en los países desarrollados, de manera que el aumento en la emisión global de aerosoles se ha frenado.

Soluciones domésticas para reducir la emisión de CO2

-Cambiar las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo (compactas fluorescentes, o LED´s). Las CFL, consumen 60% menos electricidad que una bombilla tradicional, con lo que este cambio reduciría la emisión de dióxido de carbono en 140 kilos al año.
-Evitar el uso del agua caliente. Se puede usar menos agua caliente instalando una ducha-teléfono de baja presión y lavando la ropa con agua fría o tibia.
-Utilizar un colgador/tendedero en vez de una secadora de ropa. Si se seca la ropa al aire libre la mitad del año, se reduce en 320 kilos la emisión de dióxido de carbono al año.
-Comprar productos de papel reciclado. La fabricación de papel reciclado consume entre 70% y 90% menos energía y evita que continúe la deforestación mundial.
Comprar alimentos frescos. Producir comida congelada consume 10 veces más energía.
-Evitar comprar productos envasados. Si se reduce en un 10% la basura personal se puede ahorrar 540 kilos de dióxido de carbono al año.
-Utilizar menos los aparatos eléctricos; al menos, los encaminados exclusivamente al ocio. Desconectar los aparatos de radio, televisión, juegos, etc. a los que no se esté prestando atención en ese momento.
-Elegir un vehículo de menor consumo. Un vehículo nuevo puede ahorrar 1.360 kilos de dióxido de carbono al año si este rinde dos kilómetros más por litro de combustible (lo mejor sería comprar un vehículo híbrido o con biocombustible).
-Conducir de forma eficiente: utilizando la marcha adecuada a la velocidad, no frenar ni acelerar bruscamente, y en general intentar mantener el número de revoluciones del motor tan bajo como sea posible.
-Usar menos el automóvil. Caminar, ir en bicicleta, compartir el vehículo y usar el transporte público. Reducir el uso del vehículo propio en 15 kilómetros semanales evita emitir 230 kilos de dióxido de carbono al año.
-No viajar frecuentemente ni lejos por puro placer. Desde hace unos 20 años el hábito de viajar en avión se ha extendido de tal forma, y en ocasiones a precios tan bajos, que las emisiones de gases debidas a los aviones se han incrementado en más de un 200%.
-Revisar frecuentemente los neumáticos. Una presión correcta de los neumáticos mejora la tasa de consumo de combustible en hasta un 3%. Cada litro de gasolina ahorrado evita la emisión de tres kilos de dióxido de carbono.
-Plantar árboles. Una hectárea de árboles, elimina a lo largo de un año, la misma cantidad de dióxido de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol elimina una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
-Exigir un certificado ambiental de edificios contribuye a la reducción de emisiones ya que se estima que el 50% del problema es originado por la construcción y funcionamiento de edificios y ciudades. Esto implica que al momento de adquirir o rentar una vivienda o edificio debemos exigir una certificación o etiquetado que indique el contenido energético del bien y el necesario para funcionar. De manera similar a la que ya se implementa en refrigeradores, motores eléctricos, lámparas eléctricas y otros.